martes, 2 de octubre de 2007

Un mal viento

En estos momentos suena Raiford (The felon wind), de Earth, escuchable aquí.

Estos dos últimos días ha estado soplando por aquí el viento del sur. Un viento lento, pesado, densas masas de aire que perezosamente se agitan. Este aire, con esa sensación plomiza de calor, esas pequeñas ráfagas, crean una extraña sensación... hay una extraña inquietud en el aire, una sensación opresiva. El cielo aparece cubierto de un manto de nubes grisáceas, la luz del sol se vuelve más áspera, hiriente... a mí particularmente estos días así me producen una extraña sensación de inquietud, de algún tipo de tensión subterránea a punto de estallar.
Pasar la tarde sentado en un parque, viendo como el viento agita levemente los árboles, cómo las hojas caídas vuelan a ras de suelo... días así me recuerdan un puñado de escenas de cine. Una es de Sospechosos Habituales, cuando van a reunirse con un mafioso a una especie de pagoda a la orilla del mar. Otra es una de las escenas al principio de Black Hawk Derribado, donde casi se puede masticar la tensión.


Sospechosos Habituales

En Torrelavega la gente se vuelve loca con este viento. La mayoría están apagados, dejándose simplemente llevar, sin ganas de nada, mientras otros sufren algún tipo de hiperactividad momentánea. Navegando por ahí he encontrado este texto que lo describe bastante bien.

Hay días en que el sueño te vence, por mucho que hayas descansado. La culpa suele ser del estrés, por supuesto, cuando no de la presión atmosférica. Sin embargo, cuando te sientes tan cansado que sólo te apetece dejarte caer sobre algo blando y, a ser posible, horizontal, recomiendo al personal que compruebe que no sopla viento del sur. En las zonas de montaña, por ejemplo, saben que el viento del sur trastoca las cabezas y las almas, y en algún ordenamiento jurídico de un país europeo harto montañoso, llegó a ser contemplada esta circunstancia atmosférica como eximente criminal, al entenderse que el viento sur podía volver temporalmente loco al más pintado.
Y es que cuando el viento llega del sur profundo, trae consigo el eco de la aventura, del paisaje interminable, del desierto de arena y de la árida sabana, de guerras lejanas y crueles, de monstruos imaginados... No es como el viento del norte, que trae frío y despeja la cabeza, al tiempo que nos habla de agua y suecas.


http://www.eldiadeciudadreal.com/noticia.php/3653

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nosotros somos victimas de esa cefalea, que nos descubre nuestro lado mas loco cuando el viento sur sopla por estas montañas. Y oir esos alaridos que resuenan en estas montañas, cerca de los manicomios donde los pobres seres estan encadenados a sus sueños mas prohibidos. Hoy me ha dado un rafaga de viento sur, se nota verdad? Me ha gustado este texto paddie...

Anónimo dijo...

Vaya, será una extraña casualidad, pero a 13.000 kilómetros, y con un océano de por medio, en estos últimos días, en mi ciudad se vive un "clima" muy similar... el ambiente está enrarecido a causa de ése viento. Lo has descripto de forma inmejorable.

Jennifer Ortega dijo...

Es curiosa la observación que haces entre el tiempo y el comportamiento de la gente, en verdad estamos muy manipulados... piensa en los nórdicos lo fríos que son, al menos nosotros gozamos de buenas temperaturas, a pesar de que según muchos esto influye en la agresividad!
Me ha gustado bastante esta entrada :)
Ey, la canción muy ambiental, y con descarga directa y todo!