sábado, 30 de agosto de 2008

Los dos lados del frente

No sé si lo he comentado en alguna otra entrada del blog, pero llevo una temporada bastante rusa, en cuanto a lo cultural. Empecé con el libro sobre Stalin de Martin Amis, "Koba el Temible", un ciclo sobre Tarkovski, del que ya he hablado por aquí, "Crimen y castigo", y, ahora, "Vida y destino", de Vasili Grossman.

En realidad, no sé por qué aún no he comentado nada sobre este libro. O quizá sí que lo sé, y es por que no me veo capaz. Normalmente, cuando leo algún libro, o veo una película que me apetece reseñar, voy tomando alguna que otra "nota mental", para luego, durante un día o dos, darle un par de vueltas, y tratar de volcarlo aquí. Sin embargo, este libro es de tal magnitud que me veo desbordado, por la cantidad de ideas, de situaciones que se tratan. A través de la inmensidad de la Unión Soviética, a través de la batalla de Stalingrado, se habla de lo humano y de lo divino, de lo grande que puede ser el alma humana, o lo pequeña que puede ser enfrentándose al Estado omnipotente. Cada capítulo te deja con una sensación extraña, siguiendo la madeja de la historia a través de miles de kilómetros, desde los campos de exterminio en Europa central, hasta Stalingrado, en una casa asediada por los alemanes, o en el Estado Mayor, la vida en la retaguardia o en el gulag. La extrañeza de asomarse a la vida cotidiana de gente que se ha enfrentado al terror, de manera más o menos directa. Y quizá las referencias más veladas sean las más demoledoras. Y, sobre todo, la extrañeza de asomarse a la mente de esas personas, de ver como pueden conservar su humanidad frente al poder destructivo de los estados policiales, represivos y exterminadores. Ver la esperanza en el ghetto, o la adoración a Stalin en el gulag.
Los Panzers de la muerte
Bueno, no quiero extenderme mucho más hablando sobre este libro. Quizá algún día amplíe un poco más este texto, pero me temo que necesitaré tiempo para digerirlo,y conseguir rescatar alguna de las ideas que se tratan en él.

Así que, mientras sigo con "Vida y destino", he cogido algo de lectura ligera, pero, no sé si a propósito, o sin darme cuenta, no me he alejado demasiado ni temporal ni geográficamente: la segunda guerra mundial, y el frente oriental, en "Los Panzers de la muerte", el segundo volumen de las aventuras (más bien desventuras) de Sven Hassel en su batallón disciplinario. De su primer libro, "La legión de los condenados" ya hablé en su momento, y de este, no he leído aún demasiado, alrededor de cincuenta páginas, pero sin embargo, resulta chocante pasar de un libro a otro, y, sobre todo, de una manera de narrar la guerra a otra. Con Sven Hassel los combates se viven, las bombas estallan a tu alrededor, todo es caos, destrucción, el puro horror de la guerra, mientras que Grossman narra la guerra desde una posición más distante, nunca desde la primera línea de batalla, y, sin embargo, resulta mucho más horripilante la guerra de Grossman. La de Sven Hassel resulta mucho más "amable", dentro de lo que cabe, con su narración costumbrista. Es una extraña paradoja.

martes, 26 de agosto de 2008

Dj Sosainas Vol IV

Dj Sosainas Vol IV - Though Nuts

01 - Buffalo - I'm A Skirt Lifter Not A Shirt Raiser
02 - Black Cat Bones - Chauffeur
03 - Black Oak Arkansas - Swimmin' in Quicksand
04 - Black Widow - Way To Power
05 - Captain beyond - Armworth
06 - Witchcraft - Chylde of fire
07 - Warpig - Flaggit
08 - Mountain - Mississippi Queen
09 - Leaf Hound - Freelance Fiend
10 - Blue Cheer - Summertime Blues
11 - Attila - California Flash
12 - Cream - Sunshine Of Your Love
13 - Dust - Suicide
14 - Pentagram - Forever My Queen
15 - Roky Ericson - Two Headed Dog (Red Temple Prayer)
16 - Jefferson Airplane - White Rabbit

El otro día hice un CD recopilatorio para un viaje en coche, y me he animado a colgarlo, por si a alguien le interesa. Es un disco con algunas canciones que me gustan, dentro de eso que llaman Heavy-Psych y Hard Rock setentero. Y, por supuesto alguna canción que no entra en ninguno de esos géneros. Himnos satanistas, sexo, drogas y rock and roll!
En la versión para el coche había algún otro tema, pero los he quitado para hacer un disco más homogéneo, y, sobre todo, por no pasarme de minutaje. Un disco bastante interesante, con un número razonable de canciones, en un orden más bien tentativo y personal. Cualquier otro que se te pueda ocurrir y te guste será también bueno.
¿Espero que lo disfruteis!


La portada es obra de un servidor, inspirada en una Danza Macabra (totentanz) de Hans Holbein (el joven).

domingo, 24 de agosto de 2008

Recuerdos de London

Como siempre, no voy a empezar esta entrada yendo al grano, ya sabeis que siempre me gusta divagar un poquito antes de centrarme. Esta vez, mi reflexión es sobre entradas largas o cortas. Y es que siempre que me siento a escribir aquí, acaban saliéndome textos quizá demasiado extensos, y me he propuesto poner de vez en cuando algún artículo más breve, más sintético. Así que voy a intentar empezar con este. Veremos como resulta el experimento.

El viajero de la tundraEl otro día pasé por la mayor fuente de artículos de este blog: la biblioteca del barrio, y, ya que estoy enfrascado en la lectura de un grueso volumen, me puse a buscar algún tebeo, y me encontré con esta portada tan sugerente: "El viajero de la tundra", un manga de Jiro Taniguchi. Nada más verlo, me vino un nombre a la cabeza: Dersu Uzala... Y, si bien no llega a la obra de Kurosawa, en algunas de las breves historias que componen este tomo sí que se encuetra el espíritu de las novelas de Jack London, hasta el punto de contener un par de homenajes al escritor que tan bien supo escribir sobre la dura vida de los buscadores de oro de Alaska. En estas dos pequeñas historias sientes el terror de morir en la nieve y la presencia amenazadora de los lobos en la oscuridad. En resumen, en este volumen hay un buen puñado de historias sobre el hombre enfrentándose en solitario a una naturaleza, no hostil, pero sí despiadada. La única pega son un par de relatos más costumbristas, donde se abandonan las rutas salvajes para contar un par de historias del Japón de posguerra, que rompen bastante el nivel del volumen.

Como ya he dicho, no está al nivel de Dersu Uzala, ni de las novelas de Jack London, pero es un bonito entretenimiento, un homenaje hecho con cariño y dedicación, lo que hace que merezca la pena.

sábado, 9 de agosto de 2008

Agosto

Estoy momentáneamente bloqueado. Llevaba unos días pensando en hacer alguna entrada de relleno, ya que, aunque no se me ocurre ningún tema para un artículo largo, tengo un montón de pequeñas ideas que quería comentar. Sin embargo, a la hora de sentarme delante del computador, me he quedado en blanco. Harto de estar ante el monitor intentando desbloquearme, simplemente he comenzado a escribir, a ver si así poco a poco van apareciendo todas esas cosas que quería comentar.

Casi todo son lecturas que he hecho últimamente. Algunas me gustaría comentarlas con más detalle, pero no me veo con ganas. Tengo ideas, pero no me apetece demasiado hilvanarlas y darles una forma mínimamente coherente y que merezca la pena. He estado leyendo un par de libros sobre la difusa frontera entre sociología y política: No pienses en un elefante, de Lakoff (que descubrí en este blog) y Rebelarse vende, de los autores canadienses Joseph Heath y Andrew Potter (wiki). El primero es un libro destinado al proselitista. Además de la crítica a todo el sistema de propaganda política de los conservadores, es un manual de "primeros auxilios" a la hora de hablar de política. Está (evidentemente) muy centrado en los Estados Unidos, y no es tan extrapolable a España, aunque aquí cada vez ganan más poder los medios de comunicación, que más que conservadores, tienden a ser reaccionarios. El segundo libro es una especie de respuesta al No Logo de Naomi Klein. Básicamente es una crítica al movimiento contracultural, por ser completamente improductivo. En parte, este enfoque une este libro con el de Lakoff. En el de Lakoff se habla de como los conservadores han tomado completamente el control de los medios, arrinconando completamente al sector progresista, obligándolo a estar siempre a la defensiva frente a la iniciativa de la derecha. Y, según Potter y Heath, esto es en gran parte culpa de la manera en la que la contracultura se ha ido convirtiendo en la única alternativa "de izquierdas", y, al ser la contracultura una postura completamente nula políticamente, es como haber barrido del mapa a la izquierda. Desde el momento, allá por los años 60, en que era mucho más combativo y revolucionario fumarse unos porros o ir a un concierto que luchar por mejores condiciones laborales, la contracultura ha jugado a favor de los conservadores. Al negar toda acción política que no supusiera un cambio total del sistema, se han condenado a la inacción, pero, sobre todo, se han convertido en una élite intelectual y estética autocomplaciente, y, lo que es peor, demasiado convencidos de ser la punta de lanza de la revolución.

También he leído una pequeña reflexión de Hans Magnus Enzensberger, Principios de Guerra Civil. Este, pese a su brevedad, me pareció muy interesante, y, por supuesto, me cuento desde ya entre los fans de este hombre. Con ese nombre, increíblemente sonoro, ya da idea de que no es un cualquiera. Y, francamente, creo que tiene unas ideas bastante interesantes. Tengo que volver a repasar el libro, por que, si algún día escribo algo sobre él, me gustaría acompañarlo de algunas citas :)

Ya veo que me ha vuelto a pasar: me pongo aquí sin nada en concreto y enseguida tengo escrito demasiado. No quiero aburrir a mis escasos lectores, así que voy a ir concluyendo. Además, he conseguido dejar algunas cosas en el tintero, así que volveré a la carga, espero que con brevedad.

Además de esto, estos días, en el Mundo Libre, tenemos noticias de guerra en Rusia. Casualmente, estoy atravesando una fase bastante rusa en cuanto a lo cultural. Navegando por ahí, he encontrado esta galería de fotos de Osetia o Abjasia.