domingo, 27 de enero de 2008

Into the wild

He de reconocerlo: una de mis principales motivaciones para ir a ver esta película ha sido el disco en solitario de Eddie Vedder que le sirve de banda sonora.

En cuanto a la historia en sí, no deja de ser una revisitación de las novelas de Alaska de Jack London, el anhelo del romanticismo de dejar atrás la ciudad cambiante de la revolución industrial y volver a la naturaleza. Como "viaje interior" (no me gusta nada esta expresión...) está más cerca de las ideas de mediados y finales del siglo XIX que de los diversos movimientos que a lo largo del siglo XX también dejaron atrás la vida cotidiana y se echaron a la carretera, por que, mientras que una de las principales motivaciones de los beatniks es la experiencia de conocer a la gente, y Alexander, el protagonista, busca el aislamiento, la independencia total... En la película hay una escena que marca el destino de Alexander, cuando en uno de sus viajes atraviesa la gran ciudad, de repente siente terror de verse a sí mismo en la sociedad, como una persona normal. Para él la sociedad carece de sentido, y cree que su propio sentido sólo podrá encontrarlo lejos de ella. En esta escena, la peli traza claramente la raya que la separa del espíritu beat, o del espíritu hippie.

Para narrar esto, la historia avanza en tres tramas distintas: la trama de la vida en la carretera, que es el viaje preparatorio para abandonarlo todo. Todos los encuentros que vive, son, de alguna manera, los pasos que ha de dar hasta oír claramente el llamado de la naturaleza. Esta parte de la historia está entrelazada con la segunda trama, que es la historia de todo lo que Alexander deja atrás. Poco a poco nos van contando qué es lo que le ha llevado a echarse a la carretera, pero también vemos el sufrimiento que provoca, y a lo largo de toda la película se nos plantea la cuestión del egoísmo de olvidarse de todo y de todos, de su empeño en alcanzar su objetivo sin mirar atrás. En parte, esta cuestión se enfrenta a mucha de la "pequeña filosofía" que nos van soltando entre Alexander y la gente que se encuentra... y es que, como pueden sernos válidos los consejos de alguien que ha provocado tanto dolor a su familia? Nos entra la duda de la honestidad del viaje: es para encontrarse a sí mismo, o para que sus padres encuentren su ausencia?

Y, por el otro lado, la vida de Alexander en Alaska. Si bien aquí sólo vemos como la evolución mental llega a su fin, se consigue transmitir las sensaciones de la vida aislada, ver como padece las dificultades, pero también sentir lo sublime de la naturaleza, como los paisajes empequeñecen al hombre. Estos son los mejores momentos de la película. Sentir la inmensidad del cielo, de los bosques inabarcables y la enormidad de las montañas, y, ante todo ello, un chico que lo ha dejado todo atrás para poder seguir la llamada de lo salvaje.

En resumen, lo mejor de la película es esa búsqueda de lo sublime, los momentos en que el paisaje envuelve completamente al protagonista, las escenas que te hacen sentir como ante un cuadro de Friedrich, y también la interpretación de Emile Hirsch. Lo peor, el exceso de metraje, que hace que la última media hora de película se haga lenta.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La conclusión es: más cerca de London que de Kerouac.

A mí también me motiva la banda sonora a cargo de Vedder. Estimo que iré a verla.

Anónimo dijo...

Me apetece verla, no sólo por la banda sonora sino porque este tipo de viajes me atraen: me gustaría escaparme de este mundo.

Knut dijo...

A mi me parece una peli interesante y me agrada que se intenten este tipo de cosas. Pero lo cierto es que tengo una sensacíon ambigüa.

Creo que es en exceso contradictoria, es alambicada en su formalidad, muy exagerada y por ello mismo artificiosa. London no es un escenario ni un modo de llamar la atención sobre la voz del narrador. Cuando termina no tengo seguro si el prota es alguien que merece la pena de considerar o sólo un gilipollas.

Con todo tiene momentos muy interesantes, a pesar del ritmo narrativo, pero me parece un ejercicio que hubiese quedado mejor sin tanta vanidad.

No sé, me quedo con Dersu Uzala, al menos oigo la "llamada" de la selva de otra manera.

A mi, al contario del compi Val, me encanta este mundo, lo que no me gusta tanto es estar tan cerca de tanta gente. Jejejeje

Un abrazo.

PD: Da gusto leer lo bien que escribe el compañero, además de tener entradas tela de interesantes temáticamente.

Karba dijo...

mmm... interesante post e interesante blog padawan, felicitaciones.

respecto a INTO THE WILD, tengo pensado ir a verla la semana que viene, pero como comenta knut, creo muy difícil superar la pureza de DERSU UZALA en ese sentido. No obstante el simple hecho de que se concreten proyectos de este tipo ya me parece algo muy positivo.

saludos!