lunes, 16 de noviembre de 2009

El género como vergüenza

El otro día estuve viendo Pickpocket, una interesante película de Bresson, que, sin embargo, empieza de una manera muy chocante. Tras ir apareciendo, como es habitual, los títulos de crédito, con el nombre del director, actores, etc, apartece un cartelón que dice "esta película no es una historia policiaca" (Ce film n'est pas du style policier. L'auteur s'est efforcé d'exprimer par des images et des sons le cauchemar d'un jeune homme poussé par la faiblesse dans une aventure de vol à la tire pour laquelle il n'était pas fait.).

Pero sí que lo es. Tenemos a un ladrón de poca monta, a sus compinches y a un oficial de policía que trata de capturarlo, pero el director parece tener que justificarse. ¡¡Mi obra es seria!! ¿¿cómo va a ser una historia policiaca?? Y es que tras ese mensaje de Bresson, en apariencia simple, se esconden multitud de complejos. Bresson dice que trata de expresar los apuros de un joven, la debilidad de su carácter, y eso, al parecer, no se puede lograr desde un film de género. Quizá sea un debate ya viejo, que no nos lleve a ningún lado, pero afirmaciones como esta denotan estrechez de miras, y, lamentablemente, esta actitud aún no está superada, y de vez en cuando oimos (leemos) a algún escritor justificar que su obra no es ciencia ficción, dejar claro que su obra es alta cultura, por que trata temas muy elevados. ¿Pero acaso no se tratan estos temas en la ciencia ficción o en el policiaco?

Pickpocket es, en gran parte, una adaptación de Crimen y castigo al género policial de mediados de siglo. En ella podemos encontrar casi todos los mimbres con los que Dostoievski creó su novela. Y que Raskolnikov se convierta en un raterillo de París no cambia el mensaje, como tampoco lo cambiaría ambientarlo en una nave espacial. Los límites de los géneros, la capacidad de contar historias dentro de ellos, están en la mente. Y la frontera entre la alta y la baja cultura es cada vez más difusa.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo. Pero, por desgracia, la gente sí que sigue siendo así de simple y les sigue costando aceptar que algo sea bueno si está dentro de un género que ha tenido también productos comerciales. Si no es con las palabras de Bresson, otros lo hacen con determinadas marcas de estilo, elección de actores o frases por aquí y por allá, pero tratan también de diferenciarse de lo que la gente considera el canon del género. Una pena que todavía pensemos así.

Nuala dijo...

¡Ahí le has dao!

Pero afortunadamente creo que estas cosas de los géneros y las etiquetas van cambiando. Tanto en música, como en cine, como en literatura, cuanto más consumes más te das cuenta que los límites se confunden siempre y los buenos productos nunca son hijos de la pureza, sino del mestizaje.

kleefeld dijo...

Rompo una lanza a favor de Bresson. Cuando habla de un cura de campo en "Diario de un cura rural", el cura, por así decir, es lo de menos. Cuando habla de prisoneros en "Un condenado a muerte se ha escapado", la prisión, pese a ser un eje estructural imprescindible, es lo de menos. Y lo mismo podríamos decir de lo policíaco en "Pickpocket", de lo judicial en "El proceso de Juana de Arco" o de lo medieval en "Lancelot du Lac".
Lo único que - supongo- quiso decir Bresson es que los personajes y la acción, que a priori es lo que se ve, acaba siendo lo menos relevante. ¿No te emocionó especialmente el final, padawan? A mí me pareció una de las historias de amor más cortas y más logradas de todo el cine. :-D

kleefeld dijo...

(Con esto último me refiero a "Pickpocket", claro).

No creo que Bresson tuviera nada en contra de los géneros. Sus intereses iban en otra dirección. Con el gesto y la repetición del gesto, a través de los objetos, del contacto, y de un minimalismo a veces enervante, sospecho que Bresson buscaba una realidad soterrada, poética: la estructura oculta que nos guía, el motivo, el porqué, que a veces dará nombre a la película ("El diablo probablemente", "El dinero") y a veces, simplemente, dejará al aire.

Bresson rules!

padawan dijo...

Kleefled, entiendo y comparto lo que dices. En este caso, los robos son lo de menos, y lo importante es la historia de los personajes, pero, con esa especie de justificación Bresson parece decir que dentro del policiaco sólo se puede hablar de policías y ladrones, y no de personas. Ese es el error que quería señalar.

padawan dijo...

Nos hemos cruzado comentando. Precisamente ese minimalismo es lo que me enamoró de la película, esa escasez de gestos, de palabras, hace que todo parezca muy melancólico, y los actores parecen simplemente mirar la vida, y no vivirla.

kleefeld dijo...

"Bresson parece decir que dentro del policiaco sólo se puede hablar de policías y ladrones, y no de personas. Ese es el error que quería señalar."

Entiendo tu queja, y es totalmente legítima. Por otro lado, me alegro de que te gustara la película. Los actores y las actrices no actuan, sino que se limitan a gestualizar, es más, sólo son sus gestos, existen sólo en su dimensión podríamos decir mecánica; con ello Bresson quería producir el efecto contrario, y dar impresión de vida. No sé yo si lo consiguió (jajaja) pero el resultado es fascinante.

Finalmente, el título del post me parece brillante. Fuera de contexto, podría parecer incluso feminista/queer, jajaja

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Cromsblood dijo...

Hi Padawan!

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Courtesy of Crom!

Anónimo dijo...

gracias a Dios por intiresny