viernes, 18 de abril de 2008

El peso y el todo (II)

Sobre "La insoportable levedad del ser", de Milan Kundera. Segunda parte

En la anterior entrada he intentado dejar planteada parte de la base que va a conducir el relato. Una vez planteado esto, podemos hablar un poco de la trama, o al menos, de los hilos que van a conducir el relato, pues en ocasiones es más interesante el envoltorio, o la meta-historia que la propia historia en sí, ya que esta sirve para plantear alguna interesante reflexión, vital, moral o filosófica. Todo gira alrededor de cuatro personajes: Tomas, Teresa, Sabina y Franz.

Sobre Tomas y Teresa recae la mayor parte de la narración, y son ellos los que han de soportar la dualidad entre el peso implacable del destino y la ligereza de la casualidad, cada uno a su manera, desde el momento en que se conocen, hasta el final. Tomas es un importante cirujano de Praga. Teresa una camarera de una pequeña ciudad. Un día, Tomas, por una serie de casualidades, acaba en el bar en el que trabaja Teresa. Tomas es un mujeriego irredento, y no tarda en conquistar a Teresa. (ya hemos mencionado las casualidades) Cuando Tomas vuelve a Praga, está convencido de la fugacidad de su relación con Teresa, y, sin embargo, poco después, ella aparece en su puerta. Se ha enamorado de él, y a partir de ese momento, sólo vivirá por y para Tomas.

Su encuentro es producto de las casualidades. Tomas representa la visión más estricta del peso del destino. Su destino viene marcado por su condición de mujeriego, por su pulsión de relacionarse con cualquier mujer que se encuentre, y el cúmulo de eventos que le conducen hasta Teresa no son suficientes para vencer el destino. Para Teresa, estas casualidades son su destino: todo en su vida ha sido una preparación para encontrarse con Tomas. Tomas es la luz que entra en su vida gris, la fuerza que la libera de la medianía de su vida, su enlace con un nivel superior de existencia. El destino la ha atado a Tomas, Tomas es su carga, un peso que la sepulta. Ha de cargar con el peso de su amor por Tomas, amor convertido en una fuerza destructiva por las infidelidades de Tomas. Él también está enamorado de ella, pero también está atado al destino, como está atado a Teresa. Está atado a una mujer que la casualidad ha puesto en sus manos, débil, indefensa, necesitada. Ella depende de él para vivir. Esta es la relación que define la insoportable levedad del ser.

Creo que esta entrada ha quedado más enrevesada que la anterior. Para la próxima, quizá hable de algunos de los aspectos políticos.

9 comentarios:

padawan dijo...

al hilo del comentario de Thermidor en el post anterior:
"No es tan trascendental como se ha querido vender, pero sí interesante"

no sé si este libro pretende ser trascendental. En ocasiones sí que peca de "precocinar" un poco las ideas que quiere transmitir, pero casi todo es tarea del lector. En este sentido, creo que no es trascendental, al menos, yo considera que las obras que se pretenden trascendentales son aquellas que dan todo ya mascado

Anónimo dijo...

Mi desconocimiento absoluto para con esta novela de Kundera, y su título, tan sugerente, me llevaron a imaginar algo que no es, y reconozco sentirme algo confuso y decepcionado después de leer tu sinopsis.

Soy muy consciente de que, evidentemente, la historia en sí tampoco es TODA la novela - como apuntas, hay una parte metaliteraria a tener en cuenta - pero, hoy por hoy, no me parece que deba ser una prioridad.

Sobre el "trascendental sí, trascendental no" me abstendré de decir nada, pues no me he leído el libro y no querría decir más tonterías de las que ya he dicho. En todo caso, estaré atento a las respuestas y a la tercera parte del ensayo.

padawan dijo...

¿por qué te decepciona, kleefeld? ¿por que se trate de una historia "de amor"? al fin y al cabo, esa viene a ser gran parte de la historia de la humanidad, y para explorar la mente humana, qué mejor que buscar las sensaciones que más impresión, que más actividad le provocan? aquellas que más nos agitan?

evidentemente, no es una telenovela, no temas una sobredosis de azucar ;)

Anónimo dijo...

Temí precisamente por lo que apuntas, jeje. En parte me tranquiliza tu respuesta, sobre todo por lo que respecta al azúcar, jeje. De todos modos, seguiré atento, a ver si la tercera entrada me ayuda a decantarme por el "sí, quiero" o el "no, quiero".

Por cierto, esta segunda parte no te ha quedado nada enrevesada, al contrario.

Anónimo dijo...

Tomás y Teresa tendrían que hablar sobre que tipo de relación quieren mantener. Si ella quiere ser fiel ha de aceptar que él no considera la fidelidad un rasgo importante en el amor.

El destino es un concepto que no me gusta, la predestinación me parece una excusa cómoda para negarse a uno mismo.

Anónimo dijo...

"la predestinación me parece una excusa cómoda para negarse a uno mismo."

O quizás sea al revés también: ¡qué forma más bonita de no forzarse a cambiar "lo cambiable"!!

Anónimo dijo...

A mí lo que me gustaría que alguien me especifique, por favor, es qué se entiende por "novela trascendental". ¿"El castillo" de Kafka?, ¿"La guerra y la paz" de Tolstói? ¿"Los miserables" de Víctor Hugo? No sé, no sé; me parece que es un concepto muy difícil de delinear.

A mí tampoco, por otro lado, me ha parecido que esta segunda parte de tu análisis te haya quedado enrevesado; además, la idea de dividir al mismo, de por sí ya le confiere una apreciable cuota de claridad, que ordinariamente se pierde cuando se pretende abordar todos los aspectos de una obra de un solo tirón.

Jennifer Ortega dijo...

Me gustó más la primera parte, porque va más a la esencia del libro, pero creo que has plasmado bastante bien el espíritu de la novela.

Lo que más "pesa" es el incondicional amor que siente ella por él...

Yo sinceramente antes de leerlo pensé que era de otra forma, ni de lejos creí que iba a ser la historia de una pareja. De todos modos, para los que os ha picado el gusanillo de comprarla, no es una novela típica de amor :-)

Knut dijo...

A mi es un libro que me resultó muy decepcionante en su momento, como gran parte de la literatura de Kundera.

En primer lugar porque el aspecto filosófico de la novela me parece algo pobretón. Vale que Nietzsche es un escritor que da para mucho dada su falta de sistematicidad, que si lo sumas a lo elegante de sus planteamientos estéticos y esa reivindicación por volver a un sentimiento precristiano de las cosas, hace que resulte interesante a la hora de escribir novelas.

Pero con Kundera me pasa como con Hesse, me parece que ambos recogen pobremente al filósofo, no en el sentido de fidelidad al respecto las ideas de este, sino por no ser capaz de alcanzar la hondura temática en favor de lo estético.

Además me resulta empalagante esa tendencia a psicologizarlo todo a consta de construir personajes que son fríos, distantes. Como cuando en las películas de Eric Rohmer hablan de sentimientos como si estos estubiesen en otra habitación.

No acabo de comprender esa especie de nihilismo existencialista con el que se interpreta el eterno retorno, concepto por lo cual aún nadie ha sabido explicarme satisfactoriamente más que el propio Nietzsche, algo que dice mucho a favor de él y poco de los exégetas (demasiados en las segunda mitad del siglo pasado) Curiosamente deudores de la primera etapa de N. pero traidores a su última... y el Eterno Retorno no se ve igual desde ahí.

Igualmente el aspecto existencialista, deudor claramente en mi opinión de Kierkegaard y especialmente de la "etapa estética" con el Don Juan, me parece pobre al respecto los "originales" de los que bebe. La idea fundamental del hombre que enamorado de la Mujer nunca jamás es capaz de amar a una mujer, que presa de un destino atroz se busca la aventura para no enfrentarse precisamente a aquello que más teme: la propia confrontación. Joer, para novela Existencialista Trascencental de Verdad: Sobre héroes y tumbas de Sábato.

Las demás son efectivamente leves, juas juas juas

Mira que la literatura checa me parece maravillosa,Hasek o Hrabal son parte de mi hasta el final de mis tiempos.

Pero Kundera me parece de una frialdad insensible y una trascendentalidad que se queda en pañales frente a ese otro checo frío y distante, pero filosóficamente mucho más grande, hondo y humano que Kundera: el gran Kafka.

Un abrazo.

Nota: Trascendental en el medievo se consideraba como el conjunto de aspectos del ser (no atributos puesto no se diferencian de la esencia) que compartía toda entidad por el mero hecho de "ser". En ese sentido la novela de kundera es trascendental, y aunque a mi no me guste demasiado y me parezca bastante fallida uno debe inclinarse siempre ante aquellos que intentan hacer cosas trascendentales. De lo demás vamos sobrados...