jueves, 3 de enero de 2008

Análisis: primera parte

En la entrada anterior dije que intentaría hacer un pequeño análisis de la lista publicada, pero, como deberíais saber, este blog es un lugar de promesas incumplidas, o como mucho cumplidas a medias, así que no me siento demasiado obligado a hacer un análisis demasiado en profundidad, cosa de la que, por otra parte, no me siento demasiado capaz, uno sabe reconocer sus límites.
No sé por qué, este año me ha dado por volver atrás, a los Reinos Olvidados y otros mundos propios de juegos de rol, aunque la verdad es que nunca había leído mucho de estos mundos de fantasía, quizá fuese por la sensación de tener una cuenta pendiente. En cualquier caso, creo que ahora está más que saldada, al menos en cuanto a uno de los pilares básicos de la fantasía juvenil, la Dragonlance... hasta ahora no había leído nada por falta de curiosidad, pero tras haber leído los tres volúmenes de las Crónicas y los dos primeros de las Leyendas, estoy bastante saturado... todo me ha parecido taaaaaaaaan de cartón piedra, los personajes tan de manual, hasta extremos que no imaginaba, siendo este el principal motivo por el que ni siquiera tengo Elminsterganas de terminar con el tercer libro y terminar el ciclo principal, pero es que creo que no soportaba más a Tas, ni al "soy malo, pero bueno en el fondo" de Raistlin... en definitiva, todo ese elenco de buenos de Disney contra los malos malísimos, también muy Disney. En comparación, los tres tomos de la primera trilogía de Drizzt Do'Urden, antes de que Salvatore entrase en su modo writing-frenzy me han parecido unas aventuras estupendas. En comparación con la Dragonlance, los compañeros y enemigos del elfo oscuro resultan mucho más creíbles, más vivos, el mundo es bastante más real, en lugar del inmaculado y maniqueo mundo de Dragonlance. También he leído este último libro sobre Elminster, y la impresión se repite: una historia de aventuras, con su parte de capa y espada y sus historias de magia, muy entretenidos y agradables de leer :)

También ha caído una novela basada en Warhammer 40.000, que ha sido una grata sorpresa, esperaba algo bastante más cutre, pero, como con las novelas de los Reinos, me he encontrado con una trama ágil, unos personajes interesantes y un trasfondo sólido y bien construido, que es más de lo que me esperaba.

No es esta la única literatura de puro entretenimiento, sin ninguna pretensión añadida que ha caído este año, pero voy a dar por cerrado esta primera parte del resumen, para dejarlo más o menos centrado en un único asunto, y no divagar. Quizá, en las próximas entregas, haya más ;)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que no he podido evitar reirme con lo del writing-frenzy de Salvatore...
La literatura fantástica de ése estilo rolero no me va mucho, (y, aunque no sea exactamente igual, tal vez sea ése uno de los motivos de mi demora en la lectura de "Canción de Hielo y Fuego", porque me espero algo así), si bien me gusta la parodia que Pratchett hace de ellas en su Mundodisco, por exageración de tópicos, aunque es una saga que también se ha extendido demasiado (y espero que R.R.Martin no se explaye más allá de los prometidos 7 libros, que cuando algo funciona...la pueden cagar)

eter dijo...

El valle del viento Helado y La trilogía original del elfo oscuro son muy entretenidos. Eso sí, después a Salvatore se le va la pinza con las descripciones eternas de luchas insignificantes.

Pero eso sí, acabo de leer Festin de Cuervos y toda la fantástica está eclipsada por él. Que ganas hay de ver a Tyrion, Dany, Jon y todos esos viejos amigos.

Peter Sinclair dijo...

Los libros de Salvatore son malos, para mí eso está claro. Pero joder cómo los disfruto. Hasta con los peores me lo he pasado en grande. Bueno, los últimos no, esos eran tan pésimos que era imposible disfrutarlos. Pero con los 12 anteriores me lo he pasado como un chiquillo jejejeje. Y lo que da para echarse unas risas con algún colega que se haya leído los libros.

Lo de la Dragonlance es cierto. Supongo que si lo leyera ahora por primera vez me pasaría algo parecido pero les guardo el cariño de mis lecturas con 14-15 años, y fijo que si las releyera ahora las seguiría disfrutando. Me encantan esas partidas de rol noveladas!

A ver cuándo empiezo con Martin, que estoy casi seguro que no me va a decepcionar. Pero casi prefiero esperar a que quede menos para acabar la saga, para no tener que depender demasiado del mono...

Anónimo dijo...

Yo, de Dragonlance, nada de ná, así que no voy a introducirme en terrenos pantanosos opinando sobre algo que no he leído, ni tengo previsto leer en el corto plazo.

Espero la segunda parte del análisis.

Knut dijo...

Coincido en general con todo cuanto dices, a mi también me costó lo suyo leer Dragonlance, tanto juego de rol tópico y tanto personaje idiota se me atragantaba cosa mala.

Confieso también el gusto por Salvatore, al menos el de antes, vale que no es que tenga lo que se dice calidad, pero en general ofrece exactamente lo que promete, de manera eficaz y sanamente descerebrada. Las batallas confusillas pero agradables y eso es mucho pedir.

¿Qué libro de Warhammer has leido? A mi es un universo que me vuelve básicamente loco, me encanta, y aunque es cierto que no se le sabe sacar el partido que merece (espace opera nihilista con transfondo lovecraftiano y una humanidad como poco asquerosa) algunas de las novelas que he leido me han gustado bastante. Especialmente algunos libros de Dan Abnet que estan correctamente escritas y los personajes, aunque tópicos, no resultan ni hartibles ni repugnantes. También la trilogia que escribió Ian Watson (mala memoria la mia) tenía su cosilla, con algunas ideas marca de la casa (raritas y curiosas) que unidos a novelas de poco más de 200 páginas resultan una lectura amena como poco.

Yo es que soy un fiel devoto de la novela garbancera, en la que aunque es raro se puede perfectamente encontrar pequeás joyitas.

También me gustaba mucho la serie del guardamarina aquel, tampoco recuerdo título ni autor, que como suele ocurrir Timun Mas dejó colgada tras el segundo tomo. Una pena, porque era space opera clásico con toques "navales" que cuanto menos entretenia cosa mala. Ay mi afición a la novela militar charcutera no tiene fin.

Saludines!