domingo, 18 de noviembre de 2007

Clasicismo y otros ratos de ocio

Siguiendo la tónica general de este blog, voy a dedicar una entrada a acumular diversas ideas que voy acumulando poco a poco, hasta que alcanzan cierta masa crítica, suficiente para que me parezca justificado dedicarle un ratillo a plasmarlas por escrito. Antes esto sucedía bastante a menudo, pero me temo que casi todo ese futurible contenido de entradas para el blog está acabando en mis mucho más frecuentes entradas del fotolog.

Y es que tengo una mente ciertamente errática, dispersa y quizá demasiado poco constante en sus inquietudes, así que la mayoría de esas ideas momentáneas que antes conseguía retener unos días, ahora son volcadas con bastante inmediatez. Ninguna de las entradas de este blog ha sido preparada o escrita con antelación, están prácticamente transmitidas en streaming, y es que no me considero capaz para la escritura, esto es como la transcripción de una conversación, sin apenas pausas para pensar en estilo, ni oportunidad de cambiar lo ya escrito. Directo, de mi mente al teclado. Y, ahora, me he puesto a escribir, y a medida que escribo voy reflexionando sobre lo que podría contar, y me doy cuenta de que casi todo está ya escrito en el flog.


Como reza el título, la principal motivación es lo que cuento aquí.

Descubrí ese concierto casualmente, al coger un folleto en una exposición en la Fundación Canal, y buscando por internet, he descubierto unas cuantas actividades interesantes, un montón de conciertos y recitales de música clásica, así que durante este fin de semana he estado rescatando algunos discos y también mirando bastante en youtube. Ahí encontré los tres videos de Wilhelm Kempff tocando La Tempestad de Beethoven, y me impresionó el sentimiento que le ponía a la música, así que me estoy haciendo poquito a poquito con algunas de sus interpretaciones más selectas. Y es que creo que el piano es el instrumento que mejor transmite las emociones humanas, en su más amplio espectro... desde las más delicadas hasta la furia más destructiva. Quizá una exploración muy interesante de las grandezas y miserias humanas sea la de Erik Satie, personaje curioso con ideas parte avant-garde, parte bufonada. Tengo por aquí alguna recopilación de sus piezas, "The four handed piano and other works", muy interesante.

Y, por supuesto, también he dedicado un ratito al que podemos llamar el mejor compositor soviético: Shostakovich. He repasado sus primeras sinfonías, y la que es mi favorita, la séptima: Leningrado, que compuso en esa ciudad bajo el asedio del ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial, quizá inspirado por el fragor de la overtura de 1812 de Tchaikovsky, con sus cañones y campanas (hay una versión sin tanta pirotecnia, pero pierde algo de fuerza :p)

En un principio había pensado en poner los vídeos de Kempff aquí, pero ya los he colgado en el flog, así que he buscado en youtube algunas partes de una de mis obras favoritas: Los Planetas, de Holst.

1- Marte, el portador de la guerra



2- Venus, el portador de la Paz



3- Mercurio, el Mensajero Alado



4- Jupiter, el portador de Alegría



5- Saturno, el portador de la Vejez



6- Urano, el Mago



7- Neptuno, el Místico



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Escuchando estas cosas si que vas a ser ecléctico;)

Anónimo dijo...

No se debe poner bajo tela de juicio el eclecticismo musical de pads. La verdad que tanto material y referencia a compositores que desconozco, termina por sobrepasarme, al menos en lo momentáneo. Pero prometo escuchar todas las piezas la próxima semana, cuando haya dado mi examen, y por ende, esté más tranquilo.

Por otro lado, me pareció muy interesante la reflexión inicial. No le prestarás atención al estilo, ni te tomarás el tiempo de releer y corregir, pero lo cierto es que escribes muchísimo mejor que el 99% de los internautas.

Jennifer Ortega dijo...

Mmm... te equivocas en lo comentado en un principio. Preparar minuciosamente lo que se va a escribir no creo que sea lo correcto; es más, le quita naturalidad y sinceridad. Está bien así.

Veo que últimamente te ha dado por la música clásica. Está bien de vez en cuando explorar ese terreno, ya que por mucho que intentemos escuchar las piezas más básicas, siempre suele ser el más desconocido y es una pena. Yo al menos me declaro totalmente indocta e ignorante, aunque desde siempre me ha despertado bastante curiosidad.

Y para mí, los instrumentos que mejor transmiten las emociones humanas son los de cuerda frotada, porque son bastante melancólicos y llorones :P, aunque el piano también se lleva la palma muchas veces