martes, 1 de junio de 2010

Una mitología americana

Estos días he estado viendo Hermanos de sangre, la serie sobre la Segunda Guerra Mundial que Spielberg y Tom Hanks produjeron tras Salvar al soldado Ryan. No voy a entrar a analizar la serie, por que ya hay infinidad de reseñas y críticas por ahí. Me voy a centrar en una escena en concreto.

Tras el final de la guerra, tanto Europa como Estados Unidos tardaron mucho tiempo en recuperarse, tanto del esfuerzo bélico como de los horrores descubiertos en los campos de exterminio. El cine europeo trató durante mucho tiempo de asimilar el horror, sin saber muy bien cómo afrontarlo, mientras que en Estados Unidos el cine se centró en vender las bondades de su intervención en Europa (algo indiscutible, por otra parte, esta entrada no va a cuestionar eso), digamos que a tratar el horror de la guerra como un sacrificio, doloroso, pero necesario.

Quizá la imagen más icónica de este sacrificio sea el desembarco de Normandía, el Día D. No hay más que pensar en lo influyente que fue la escena del desembarco que rodaron en Salvar al soldado Ryan, replicada en películas como Troya, de Wolfgang Petersen, en la escena del desembarco de la flota griega en las playas de Troya, o la batalla en la playa del Robin Hood de Ridley Scott. Esta es una parte muy clara de la mitología creada alrededor de esta guerra a través del cine. Pero hay más, y es que las películas, o en este caso una serie, son herramientas muy poderosas de transmisión de ideología, más eficaz cuanto más sutil sea esto. Y parte de la ideología de Hermanos de sangre se centra en el sufrimiento de los soldados, cómo experimentan el horror de la guerra y cómo pueden soportarlo sabiendo que es una guerra justa, contra un enemigo que apenas tiene rostro en la serie. Es cierto que en ocasiones se da un poco de humanidad a los alemanes, pero suele ser para que el soldado estadounidense se de cuenta de ello, son momentos puntuales, donde se humaniza al alemán para crear un efecto en el soldado estadounidense, para que el espectador se de cuenta de cómo el soldado estadounidense sufre por haber disparado a un semejante, pero no para que el espectador se de cuenta de que los otros cientos de alemanes que mueren durante la serie son también seres humanos.

Como decía antes, esta ideología debe ser sutil, sí, pero también debe transmitirse en momentos concretos: en un episodio mueren cien alemanes, pero sólo se muestra la cara de uno de ellos al espectador, sólo uno es humano, y el resto no importan. Ahora, mirad este video



¿Qué es lo que vemos? En 3:15, un soldado estadounidense tira una granada al interior de una casa, en 4:10, otra granada, en 4:20, disparan un cohete contra una casa, y en 4:35... muestran cómo el soldado no tira la granada... por que hay civiles en la casa. Pero ¿y en las otras casas que han volado?¿No había civiles? Mostrando al soldado que no llega a lanzar la granada muestran cómo los soldados estadounidenses no querían herir o matar civiles, se le subraya esto al espectador, pero éste nunca llega a pensar que en las otras casas han podido matar a varios civiles, antes de que éste pueda pararse a pensar, distraído por la rápida acción de la escena, fascinado por el despliegue de violencia y preocupado por algunos personajes, se le suministra el antídoto moral: antes de que pueda pensar en los civiles muertos en el combate, se le muestra una buena acción para con ellos, y así no tiene que volver a pensar en el tema.

Ahí está el poder de la ficción para transmitir una ideología.

7 comentarios:

kleefeld dijo...

El tiro les sale por la culata, sin duda.
A estas alturas, mostrar la humanidad de los soldados alemanes de esta manera es un insulto en toda regla.
Tu horror en este caso ha sido un tributo a la inteligencia. :-D

padawan dijo...

Yo no sé si les sale por la culata, Nasi, por que, vale, tú o yo nos damos cuenta... cuando vi este episodio por primera vez me chirrió un poco, pero estoy seguro que al 90% (interpolando con la ley de Sturgeon :p ) de los que lo vieron ni se dieron cuenta, y se tragaron el cebo, anzuelo y cuarto y mitad de la caña de pescar.

Aunque también me da que pensar, conocer estos trucos narrativos, ¿te hace disfrutar menos?

kleefeld dijo...

No creo que te haga gozar menos.

En primer lugar, porque sabes que - en teoría- nunca disfrutarás con algo o alguien que te esté tomando el pelo - excepto cuando te abandones de un modo consciente-. Es una certeza un poco vaga, porque en realidad de seguro tiene poco. Pero por lo menos, a priori, te puedes defender de quien te está insultando, ni que sea cambiando de canal.

Y, en segundo lugar, porque "la verdad" - la tuya o la mía-, cuando la encuentras, resplandece mucho más. Y en ella un conflicto como el que propones no aparece. :-)

Saber leer, de hecho, es una cuestión moral, como bien demuestras en el artículo - y como me contó un día un amigo-. Pero claro, ¿qué es saber leer?

itaqua dijo...

Uhm, mi primera incursión en los territorios del amigo Paddy... puede ser de todo menos brillante, en fin.

No puedo opinar sobre esta mitología pues no he visualializado esa serie ni otra que han hecho, por lo visto. Tampoco conseguí ver entera la del soldado Ryan,parece ser que Spielberg y yo tenemos algunas diferencias. En estas cuestiones de guerra a nivel cinematográfico me he quedado en el cine de Sam Fuller ("Uno rojo división de choque" y otras), Sam Peckinpah ("La cruz de hierro") y otros títulos como "También somos seres humanos" y algunos etcs. más, muchas de ellas consideradas obras maestras del cine pero que a mí no me convencen en el sentido de exponer lo que verdaderamente es la guerra. De todo, me quedaría con el monólogo final de Marlon Brando en "Apocalipse, now" y con el final tremendo de "A long day diying", algo así como "Todo un día para morir" de un desconocido director de nombre Peter Collinson de efímera carrera pero que consiguió destellos notables con esta peli que narra la jornada de agonía de unos soldados heridos mortalmente. Película denostada o ignorada o mirada por encima del hombre pero, mire Vd. por donde, consguió la Concha de Oro en el festival de San Sebastián del por aquel entonces... algo tendrá el río si suena xDDDD.
Sobre las mitologías actuales o puestas a punto de la MItología de siempre, eterna y sola, mostrada y vuelta a mostrar por Spielberg, Scott, Seth McFarlane, James L. Brooks, Synger, Raimi, Schnyder, La Marvel y demás movidas... etc. etc. con mayor o menor o nefasto resultado quizá escriba algo un día no sé de qué año, aunque lo veo poco probable y éso que me ofrecen tal y cual trabajo... ¡ cojones ! sólo me saben ofrecer trabajo de currar como un gili... ya podrían ofrecerme otras cosas... en fin, Paddy, disculpa a este gruñón... vaya, menudo truño me ha salido... en fin... sorry.

egan dijo...

En "La chaqueta metálica", "Apocalipse now", "Platoon",etc, ya se muestra una mayor capacidad de autocrítica pero siempre con cierta trampa, aprovechando las menciones a Vietnam de Itagua.

En Apocalipse,para empezar, los malos se muestran muy malos porque solamente hay uno, en singular, y ese es el personaje del general loco que interpreta Brando. Los vietcong son perdonados y hacen solo de complemento.

En las demás, los "malos" tienen rostro muy definido pero abstracto, difuso e inalcanzable: el sistema militar, el consabido stablishment que mantiene la guerra.
Pero si algo tienen muy claro en esas pelis es que necesitan mostrar la tremenda humanidad de los chicos de casa, los apenas nineteen que salieron de un pueblecito de Arizona a pegar tiros.

Al menos muestran algo de crítica propia aunque sea ligth. De justicia es reconocer que no existe demasiada filmografía bélica sincera de nacionalidad alemana, rusa, iraní, china o norcoreana pero algún día llegará...

Un saludín.

egan dijo...

Sobre lo de gozar cuando le buscas las cosquillas morales, desde luego se goza, pero es algo diferente. Ya has perdido algo de ingenuidad y ya no vas tan relajado. Es, si acaso, el goce del analista, del diseccionador, algo más cerebral y más frío. Para que pensaremos tanto...(que no quiere decir que pensemos bien, juasjuas)

Chufflo dijo...

A mí cuando vi el "contradesembarco" en la última "Robin Hood" se me cayeron los huevos al suelo. Una cosa es hacer historia ficción y otra muy distinta rodar tus poluciones nocturnas y dárselas a catar al personal como arte o cultura. Alguien debería decirle al señor Ridley Scott que empieza a estar caducado.

Respecto al tema del post, bueno, supongo que lo que viene al pelo es el tópico de siempre: "la historia la escriben los vencedores", y pídele a un yanki que muestre a los del otro lado de la trinchera y siéntate a esperar.

Un retrato bien distinto del "bando alemán" lo hizo Attenborough en "A bridge too far", claro que Attenborough es británico.

En Normandía, relativamente cerca del cementerio militar americano en el que comienza "Salvar al soldado Ryan", se encuentra el cementerio militar alemán, "La Cambe", que seguramente nunca veremos ni en serie ni en película porque, al parecer, la "Opinión Pública" todavía necesita de monstruos que temer.

Igual que todavía hoy, más de setenta años después, no hemos visto las imágenes documentales grabadas por los propios norteamericanos del día 6 de junio del 44 en Omaha Beach. No sé si por demasiado sangrientas o por demasiado poco...

Saludos.