domingo, 24 de agosto de 2008

Recuerdos de London

Como siempre, no voy a empezar esta entrada yendo al grano, ya sabeis que siempre me gusta divagar un poquito antes de centrarme. Esta vez, mi reflexión es sobre entradas largas o cortas. Y es que siempre que me siento a escribir aquí, acaban saliéndome textos quizá demasiado extensos, y me he propuesto poner de vez en cuando algún artículo más breve, más sintético. Así que voy a intentar empezar con este. Veremos como resulta el experimento.

El viajero de la tundraEl otro día pasé por la mayor fuente de artículos de este blog: la biblioteca del barrio, y, ya que estoy enfrascado en la lectura de un grueso volumen, me puse a buscar algún tebeo, y me encontré con esta portada tan sugerente: "El viajero de la tundra", un manga de Jiro Taniguchi. Nada más verlo, me vino un nombre a la cabeza: Dersu Uzala... Y, si bien no llega a la obra de Kurosawa, en algunas de las breves historias que componen este tomo sí que se encuetra el espíritu de las novelas de Jack London, hasta el punto de contener un par de homenajes al escritor que tan bien supo escribir sobre la dura vida de los buscadores de oro de Alaska. En estas dos pequeñas historias sientes el terror de morir en la nieve y la presencia amenazadora de los lobos en la oscuridad. En resumen, en este volumen hay un buen puñado de historias sobre el hombre enfrentándose en solitario a una naturaleza, no hostil, pero sí despiadada. La única pega son un par de relatos más costumbristas, donde se abandonan las rutas salvajes para contar un par de historias del Japón de posguerra, que rompen bastante el nivel del volumen.

Como ya he dicho, no está al nivel de Dersu Uzala, ni de las novelas de Jack London, pero es un bonito entretenimiento, un homenaje hecho con cariño y dedicación, lo que hace que merezca la pena.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya va siendo hora de que a usted se le digan las cosas claras, mi bienhallado amigo: sus entradas no son nunca largas, a lo sumo demasiado cortas, así que espero que su deseo de concreción se vaya fructíferamente al garete. :-D

Por otro lado, supongo que si las obras de Jack London no le interesan a uno lo más mínimo, no tiene que molestarse en buscar el volúmen que tan amablemente ha comentado el señorito, ¿verdad?

Saludos

Anónimo dijo...

Coincido plenamente con el primer párrafo del comentario precedente.

Luego, las obras de Jack London, para este servidor, han adquirido una dimensión casi sagrada, y bajo ningún punto de vista pueden ser puestas en tela de juicio. Con él me sucede casi lo mismo que con Stevenson: son autores intocables. :D

Y la película de Kurosawa me la recomendó Knut hace poco, así que tocará verla a la brevedad.

padawan dijo...

ayssss kleefeld, si no te interesan las obras de Jack London, no tienes que hacer caso de esta entrada, tienes que coger alguna de ellas, como La llamada de lo salvaje, y sumergirte en la inmensidad de los desiertos helados... por las lecturas o pelis que te he visto reseñar, diría que te interesan más aquellas en las que se habla de la grandeza o la profundidad del alma humana, o de su manera de crecer mediante el arte. En Jack London, el ser humando no es más que un ente minúsculo perdido en una inmensidad hostil

padawan dijo...

y se me olvidaba! coincido plenamente con Clau, y te insto también a ver Dersu Uzala

Anónimo dijo...

Coincido plenamente con el primer párrafo del segundo comentario;)

Y lo siento, pero a mi el manga...¡me da una pereza!

Knut dijo...

No he leido este manga pero si bastantes de Taniguchi y es un autor que siempre me ha gustado un montón. Es de hecho una pena que los catetos estos llenos de prejuicio se pierdan su obra. A mi El almanaque de mi padre me parece sencillamente un regalo para los ojos. El resto es del estilo kurosawaniano algo que añade siempre interés a cualquier cosa.

Sin haber leido esta obra nunca he visto nada de Conrad en el resto, auqnue es cierto que hay una obsesión al respecto la naturaleza, pero creo que esta es más del estilo K. que de Conrad, que me encanta, lo adoro y me cago en todo aquel que diga algo malo de él. Taniguchi es eminentemente contemplativo y Conrad es de acción, pero por lo demás los dos son autores que uno siempre agradece.