No voy a hablar de la novela (que no he leído) de James Hogg, sólo voy a anarrosearle el título, simplemente por su sonoridad. Como en aquel hilo de Sedice (que no he conseguido encontrar) en el que la gente entraba a confesar aquellos libros "imprescindibles" que no había leído. Hoy voy a hablar de la tele. Creo que es la primera entrada dedicada a la televisión de este blog. O al menos, la primera que es positiva.
Y es que no suelo ver mucho la tele. No voy a decir que sólo veo los documentales de la 2, pero la lista de programas que suelo ver es bastante corta: Los Simpson, Futurama, en ocasiones Bricomanía, o el programa de César Millán. Suelo ser un espectador pasivo, de vez en cuando veo algo con mis compañeras, pero no suelo encenderla yo mismo. Así que, alguna mañana que me he quedado en casa, he descubierto un programa bastante interesante: "Crímenes Imperfectos". Es una especie de versión documental de CSI, con un toque retro irresistible: en cada programa analizan un crimen que en el momento de su investigación se consideró irresoluble, pero que finalmente, gracias a alguna nueva técnica, o al ingenio de los investigadores, consiguen encontrar una pista decisiva para aclarar el misterio. Mientras los expertos que resolvieron el crimen cuentan cómo la investigación iba avanzando, o bien llegando a callejones sin salida, vemos una reconstrucción de los hechos, todo ello filmado con un estilo muy setentero. Todo ello narrado como un episodio de CSI en
flashback, con la clásica estructura del
whodunit: planteamiento del misterio, presentación de los sospechosos, etc, pero sin perder un cierto espíritu divulgativo. El objetivo de cada episodio es explicar cómo se resolvió el crimen, no recrearse en aspectos truculentos. Teniendo en cuenta lo que se suele ver en televisión estos días, con tanta explotación del morbo, las cámaras acosando a familiares destrozados, buscando el impacto visual, los bajos instintos, antes que la calidad informativa, ver estos documentales es como encontrar una pequeña joya en un vertedero. En youtube se puede ver la serie en el canal del usuario
CrimenesImperfectos.

Otro de los programas que he descubierto hace poco es "Último Superviviente", o "
Man vs. Wild", un programa en el que
Bear Grylls, un aventurero británico, lanza un desafío a la naturaleza: en cada entrega, Grylls es dejado, más o menos a su suerte, en algún paraje inhóspito, y tiene que apañárselas para volver a la civilización. Mientras, va contando anécdotas de otros aventureros y supervivientes, o técnicas básicas de supervivencia. No es que sea didáctico, al fin y al cabo, por mucho que viese esta serie, no creo que durase demasiado en ninguno de los sitios que visita, pero sí que es muy interesante. Aunque en ocasiones el programa entra en el terreno de lo desagradable, sobre todo en los aspectos alimenticios. La supuesta
autenticidad del programa ha sido bastante debatida, al parecer, pero creo que es un aspecto intrascendente. El programa no pretende ser auténtico, no creo que se engañe al espectador en ningún momento: Grylls está tratando de "sobrevivir" en un entorno extremo, pero ahí al lado tiene al cámara y a otro asistente, como una red bajo el trapecio. Lo más interesante del programa es ver cómo se las va arreglando para sortear obstáculos, obtener agua o comida, y, sobre todo, el carácter de Grylls, hablando directamente con el espectador de tú a tú, explicando las técnicas que usa o detalles sobre la flora, la fauna, o el clima de la región, costumbres de las tribus que se encuentra, etc, con un estilo divulgativo y cercano, con sencillez y rigor. Comparado con este programa, la versión local emitida por la Sexta, "Desafío extremo", es lamentable, sobre todo, por su protagonista, Jesús Calleja, un tío que resulta insufrible a los cinco minutos de verlo en pantalla. Mientras que Grylls transmite respeto, respeto por la naturaleza o por la gente con la que habla, este otro hombre es un impresentable, y lo que transmite es vergüenza ajena.
Mi idea era comentar algún otro programa, pero esta entrada ya ha alcanzado una longitud considerable, y no es mi intención aburrir a mis lectores. En próximas entregas, algún que otro pecadillo confesable más, y quizá alguno inconfesable... :)