Que apropiadas son las tradiciones para poder tener más o menos actualizado este blog en las temporadas de poca inspiración. Si en diciembre pude actualizar gracias al cumpleaños de este espacio en enero toca una de las costumbres que más me gustan: el repaso a las lecturas del año anterior. Casualmente 2010 va a ser el primer año par en tener su propio resumen, tras los de 2005, 2007 y 2009.
Y, como es tradición, en primer lugar va la lista y en entradas consecutivas, un somero repaso a algunos de los libros más interesantes del año
- La isla del tesoro, de R. L. Stevenson
- Política y delito, de ¡Hans Magnus Enzensberger!
- Los Simpson y la filosofía, varios autores.
- The Castle of Otranto, del peculiar Horace Walpole
- Historia de un muerto contada por él mismo, de Alexandre Dumas
- Los mitos de Cthulhu, relectura del imprescindible volumen editado por Rafael Llopis
- El gran dios Pan, de Arthur Machen
- El almohadón de plumas, de Horacio Quiroga
- La filosofía en la época trágica de los griegos, de F. Nietzsche
- La sombra del torturador, de Gene Wolfe
- La garra del conciliador, continuación de la novela anterior y también, claro, de Gene Wolfe
- Klosterheim, o la máscara, del inclasificable Thomas de Quincey
- Antología del cuento triste, como su nombre indica, varios autores
- La sombra del asesino, recopilación de los mejores relatos detectivescos de la editorial Valdemar, varios autores
- Espadas contra demonios, de Fritz Leiber
- El diablo en la botella, de R. L. Stevenson
- Pedro Páramo, de Juan Rulfo
- Elminster en Myth Drannor, de Ed Greenwood
- Acero, de Todd Grimson
- Masters of Doom, de David Kushner
- 2010, Odisea Dos, de Arthur C. Clarke
- Los amantes, mi dosis anual de Connolly
- ¡Castigados sin tele!, un recopilación de relatos, regalo de la FNAC, varios autores
- A la cara, de Christa Faust
- Providence, de Juan Francisco Ferré
- Sefarad, de Antonio Muñoz Molina
- Cartas de España, de José Blanco White
- Bartleby the Scrivener - Benito Cereno, volumen con dos relatos de Herman Melville
- Un saco de huesos, de Stephen King
- Capturado, de Neil Cross
- El horror sobrenatural en la literatura, de H. P. Lovecraft
- Zombies, antología de varios autores
- Con la risa en los huesos, y
- Quien ríe el último, antología en dos volúmenes de los mejores relatos de humor de Valdemar
- Recuerdos de Lemuria, del infame Richard S. Shaver
- San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno
- Los muertos, de Jorge Carrión (lectura incompleta)
- Todo es eventual, de, otra vez, Stephen King
- El árbol de la ciencia, del melancólico Pío Baroja
- Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury
- Dying of the Light, de George R. R. Martin
- Un día en la vida de Ivan Denísovich, de Soljenitsin
- Matatrolls, de William King
- La rebelión de los tártaros, otro relato de Thomas de Quincey
- La fuerza de su mirada, de Tim Powers
- Crónicas italianas, de Stendhal
- Mientras escribo, ensayo metaliterario de Stephen King
- La larga marcha, de Stephen King bajo el seudónimo Bachman
- Corazones en la Atlántida, de, otro más, Stephen King
- El misterio de Salem's Lot, de Stephen King
- El hobbit, de J. R. R. Tolkien
- Cementerio de animales, el séptimo (y último) libro de Stephen King de este año
- Puerta al verano, de Robert A. Heinlein
- The Brief, Wondrous Life of Oscar Wao, de Junot Díaz
- Ola de crímenes, de James Ellroy
- Inventory, una recopilación surrealista de listas de The AV Club
- Alcantarillado, gas y electricidad, de Matt Ruff
- Juego de tronos, de George R. R. Martin
En total, como se puede ver, 58 libros. En mi lista de lecturas no apunto cómics, sean humildes grapas o la novela gráfica más voluminosa del mundo, ni publicaciones más cercanas al formato revista como puede ser Mondo Píxel, a pesar de las casi 300 páginas de cada volumen, o fanzines. Tampoco caben aquí libros consultados para el trabajo, y tampoco otros volúmenes que se prestan más a la lectura y hojeado esporádico más que a una lectura convencional, entre los que cuento unos cuantos coffee table books que he comprado este año y otros que he ido acumulando y consulto de vez en cuando.
Este año (2010) he llevado un control un poco más cuidado de mi lista de lecturas, así que es más fiable que la de otros años un poco más caóticos, como 2009, pero, aún así, estoy convencido de que hay algún libro que se me escapa, probablemente alguno que haya leído en un viaje y se haya quedado en casa de mis padres. Quitando esto, no hay mucho que comentar en cuanto al volumen de lecturas ya que, más o menos, siempre acabo con las mismas cifras, alrededor de 50 los años flojos, alrededor de 60 los años más productivos.
Y, como decía al principio, más comentarios en próximas entradas.