jueves, 31 de enero de 2008

Truffaut vs. Henry James

Tras leer "El Altar de los Muertos", de Henry James, esta tarde me he puesto a ver su adaptación cinematográfica: "La Habitación Verde", a cargo de François Truffaut.

No sabría hacer una crítica independiente de la película, pues hace apenas dos días que terminé la lectura del relato de James, y mientras la estaba viendo lo he tenido demasiado presente (lo cual resulta ciertamente irónico, dado el hilo conductor del mismo) y quizá haya prestado más atención a los paralelismos y divergencias entre relato y película que a hacer una valoración puramente cinematográfica.

La historia que se narra es la de un hombre que ha consagrado su vida a la memoria de los muertos, después de haber ido perdiendo poco a poco a toda la gente a la que había querido en su vida, y paulatinamente perdiendo el contacto con los vivos, sumido en su ritual de memoria constante. Y quizá en este planteamiento, aunque cumplido de manera estricta en la peli, sea donde estribe la mayor diferencia... el relato de James tiene una atmósfera decadente, crepuscular... es el retrato de un hombre mayor a quien ya no le queda nadie, salvo sus muertos, a los que dedica su vida, y cada uno de sus pensamientos, de manera minuciosa, mientras que el personaje de Truffaut resulta más inquietante, más obsesivo, no es un entrañable anciano perdido en un mundo que le es extraño, si no que su fijación resulta casi violenta en ocasiones, un hombre que ha sufrido mucho, y ha perdido a demasiada gente demasiado pronto.Esta sensación quizá se deba a la condensación de toda la historia en apenas una hora de película, pasada la primera hora dedicada a la presentación de los personajes. Sin embargo, Truffaut sabe reinterpretar a su manera toda la historia, tomándo las ideas originales y mirando desde otro punto de vista: en lugar de la búsqueda de la empatía de James, el Davenne de Truffaut nos resulta extraño en su obsesión, en su vida para los muertos y su rechazo hacia los vivos. Una vez planteados los dos personajes, con sus diferencias, el desarrollo de la historia discurre en paralelo, aunque, como dije antes, en la película el desarrollo pausado, y la construcción pieza a pieza de toda la historia se ve acelerado, las emociones se acentúan y se hacen más obvias, motivando un cambio en la reflexión que queda tras el final, aunque me temo que no voy a comentarlo por aquí, pues arruinaría totalmente la historia, o, al menos, dos de sus aspectos claves: la memoria, y el perdón.

domingo, 27 de enero de 2008

Into the wild

He de reconocerlo: una de mis principales motivaciones para ir a ver esta película ha sido el disco en solitario de Eddie Vedder que le sirve de banda sonora.

En cuanto a la historia en sí, no deja de ser una revisitación de las novelas de Alaska de Jack London, el anhelo del romanticismo de dejar atrás la ciudad cambiante de la revolución industrial y volver a la naturaleza. Como "viaje interior" (no me gusta nada esta expresión...) está más cerca de las ideas de mediados y finales del siglo XIX que de los diversos movimientos que a lo largo del siglo XX también dejaron atrás la vida cotidiana y se echaron a la carretera, por que, mientras que una de las principales motivaciones de los beatniks es la experiencia de conocer a la gente, y Alexander, el protagonista, busca el aislamiento, la independencia total... En la película hay una escena que marca el destino de Alexander, cuando en uno de sus viajes atraviesa la gran ciudad, de repente siente terror de verse a sí mismo en la sociedad, como una persona normal. Para él la sociedad carece de sentido, y cree que su propio sentido sólo podrá encontrarlo lejos de ella. En esta escena, la peli traza claramente la raya que la separa del espíritu beat, o del espíritu hippie.

Para narrar esto, la historia avanza en tres tramas distintas: la trama de la vida en la carretera, que es el viaje preparatorio para abandonarlo todo. Todos los encuentros que vive, son, de alguna manera, los pasos que ha de dar hasta oír claramente el llamado de la naturaleza. Esta parte de la historia está entrelazada con la segunda trama, que es la historia de todo lo que Alexander deja atrás. Poco a poco nos van contando qué es lo que le ha llevado a echarse a la carretera, pero también vemos el sufrimiento que provoca, y a lo largo de toda la película se nos plantea la cuestión del egoísmo de olvidarse de todo y de todos, de su empeño en alcanzar su objetivo sin mirar atrás. En parte, esta cuestión se enfrenta a mucha de la "pequeña filosofía" que nos van soltando entre Alexander y la gente que se encuentra... y es que, como pueden sernos válidos los consejos de alguien que ha provocado tanto dolor a su familia? Nos entra la duda de la honestidad del viaje: es para encontrarse a sí mismo, o para que sus padres encuentren su ausencia?

Y, por el otro lado, la vida de Alexander en Alaska. Si bien aquí sólo vemos como la evolución mental llega a su fin, se consigue transmitir las sensaciones de la vida aislada, ver como padece las dificultades, pero también sentir lo sublime de la naturaleza, como los paisajes empequeñecen al hombre. Estos son los mejores momentos de la película. Sentir la inmensidad del cielo, de los bosques inabarcables y la enormidad de las montañas, y, ante todo ello, un chico que lo ha dejado todo atrás para poder seguir la llamada de lo salvaje.

En resumen, lo mejor de la película es esa búsqueda de lo sublime, los momentos en que el paisaje envuelve completamente al protagonista, las escenas que te hacen sentir como ante un cuadro de Friedrich, y también la interpretación de Emile Hirsch. Lo peor, el exceso de metraje, que hace que la última media hora de película se haga lenta.

martes, 15 de enero de 2008

Ruidos y zumbidos

Durante este último siglo, la música "popular" ha estado en una revolución permanente: desde los primeros pasos del blues y el jazz, allá por los años 20, el rock como elemento subversivo durante los 50, la expansión del pop durante los 60, la ruptura del punk a finales de los 70, la aparición de la electrónica hacia principios de los 80 y el actual maremagnum de géneros, estilos y autores.

Sin embargo, comparando la música con otras artes, aún parece estar en un estadio anterior: en la mayoría de casos, la música es "figurativa", las canciones cuentan historias, más o menos complejas, más o menos conscientemente, pero lo que se transmite es, en cierto aspecto, narrativo. El siguiente paso debería ser una aproximación "impresionista" a la música: volcarse en transmitir algún tipo de sensación sin apoyarse en ningún tipo de historia.

En este aspecto, estas dos corrientes han optado por dos caminos divergentes: en el drone, la mayoría tratan de buscar las emociones más primarias, y la emoción más primaria en el hombre es el miedo. Así, el sonido es oscuro, opresivo, agobiante: su objetivo es inquietarnos, despertar los miedos más primitivos, apelar a la memoria racial de la que hablaban Jack London o R.E. Howard.
Algunos artistas, de los que hablaré más adelante, han estado experimentando con ese concepto, con mayor o menor acierto.

Por otro lado, otro de los factores de cambio han sido las estructuras en las que se basa la música: desde principios de siglo se han venido utilizando ciertos patrones. Casi todos los cambios de los que he hablado al principio no han sido más que modificaciones a estas estructuras. ¿Acaso no sería posible hacer algo nuevo, algo sin estas estructuras? Quizá uno de los primeros intentos sería el free-jazz. Ornette Coleman empezó a experimentar con las improvisaciones, y luego el género llegaría a lo más alto con Charles Mingus, John Coltrane o Miles Davis. Sin embargo, a pesar de la improvisación, esta estaba basada en las estructuras previas. La libertad de creación no era completa.


Charles Mingus

Después, durante los años 80, una pequeña corriente dentro de la explosión del heavy metal que hubo en esa década, que luego sería conocida como Avant-garde, trató de quitarse esas estructuras de encima. Es difícil hablar de este género como algo homogéneo, pero, básicamente, su intención era crear algo nuevo, experimentar fuera de los límites conocidos hasta entonces.


Arcturus - The Chaos Path

Es posible que ahora no suene tan revolucionario, por imitaciones posteriores, pero resulta algo verdaderamente original, sobre todo en la época en la que surgió, donde tras la aparente explosión de nuevos géneros, volvemos al mismo problema de siempre: lo aparentemente original no lo es tanto: la banda más extrema y la más convencional comparten las mismas bases.

Ahora tenemos sentadas las bases sobre las que asentar un nuevo concepto de música, y son los dos pilares básicos en los que se fundamentan dos conceptos ligeramente distintos: el Drone y el Noise.

(dentro de la amplitud de los dos campos, me interesa más la etapa más moderna: en el drone la que viene de lo que se conoce como dark-ambient y en el noise el que acabaria derivando en japanoise)

Como primer paso en esta revolución, y como en cualquier otra revolución, los artistas de estos géneros han destruído las estructuras previas. En el drone las viejas estructuras se han sustituído parcialmente por unas nuevas, mientras que en el noise, la destrucción ha sido total.

Gracias a la destrucción de las anteriores estructuras, el nuevo campo de experimentación es mucho más amplio. Mientras que los artistas sometidos a esas antiguas normas se veían más sometidos a la necesidad de la narrativa, esta ahora ya no es necesaria: podemos olvidar las historias y tratar de transmitir emociones, sin necesidad de ninguna envoltura.

Sin embargo, el noise busca otros efectos: El noise, como su nombre indica, no son más que ruidos. Se busca impresionar al oyente, normalmente utilizando sonidos desagradables y ajenos a la música. Ruido a volúmenes muy altos y frecuencias en ocasiones en el límite de lo dañino.

En cuanto a otros aspectos técnicos, los dos géneros varían en cuanto a la "continuidad": en el noise, no existe, cada ¿canción? es una sucesión de ruidos, mientras que en el drone, cada sonido se alarga, creando una especie de "muro de sonido".

Por otro lado, aunque existan grabaciones de estos dos géneros, no son más que la captura de una representación puntual. Cada vez que se ejecuta una de estas piezas se crea desde cero, se produce algo único, cada concierto puede asemejarse a una performance. Quizá como ejemplo puedan servir Sunn O))), uno de los máximos representantes del drone: la música se acompaña de toda una parafernalia para acompañarla




Sunn O)))at Berlin, Volksbühne 2006
(tiene 3 partes, pongo la primera a modo de ejemplo, y la segunda por el momento wheelchair dancing alrededor del minuto 3 :) )

Y es en el noise donde se consigue este verdadero efecto de performance. Desde los caóticos conciertos de Masonna a las experimentaciones con cacharros de Merzbow. Las palabras quizá no sean suficientes :)


Masonna live @ The Bears & La Ma Ma


Masonna
(este video es bastante interesante, ya que en el Masonna explica parte de su filosofía, de sus motivaciones)


Merbow

sábado, 5 de enero de 2008

Análisis: segunda parte

Para esta segunda parte quería tratar de establecer ciertos paralelismos, aunque quizá debiera decir divergencias, entre los patrones de años anteriores y el de 2007, pero he descubierto que el año pasado (2006, aunque a estas alturas ya es "hace dos años") no hice ninguna lista. La última fue mi lista de 2005. Por lo tanto, mi opinión y su posterior análisis no se basan en datos, si no en meras impresiones... Este párrafo no deja de ser una mera excusa, al estílo de lo que hablaba Clau en su blog, pero por otra parte también es una pequeña red, frente a este salto al vacío. Espero no despeñarme :)

Hasta ahora, siempre había tendido a leer más literatura de género. Esto es un poco ambiguo, al no especificar ningún género en concreto, pero podemos usarlo para agrupar bajo un mismo término un buen puñado de cosas: ciencia-ficción, fantasía, terror, novela negra o detectivesca... Frente a esto, frente al género, estaría la Novela, con mayúsculas, al menos, esta es la división aceptada implícitamente por aquellos que consideran todo lo nombrado anterior como una especie de ghetto dentro de la Literatura. A mí esta distinción me parece en muchas ocasiones estúpida y arbitraria, pero me sirve para decir que, este año, la literatura de género ha ido perdiendo terreno, frente al concepto más genérico de novela.
Durante el 2006, descubrí y me aficioné a los libros de la colección de El Club Diógenes, sobre todo a la serie azul, más centrada en el terror y el misterio, y ocuparon gran parte de la lista. Este año, he tratado de ampliar horizontes. Ante mí se extiende un nuevo panorama, amplísimo, por el que hasta ahora no había sentido demasiada curiosidad. Un nuevo campo de procrastinación...

Creo que no voy a hacer como en 2005 y hacer un pequeño resumen de mi opinión acerca de lo más granado del año, ya que parte de ese trabajo ya lo he hecho en entradas anteriores, como la de "Confesiones de un opómano inglés", o "Planos Paralelos", o en alguna entrada resumen, aunque he de reconocer que muchos libros de los que me hubiera gustado hacer algún pequeño comentario se fueron quedando en algún oscuro rincón mental. Si acaso, para una entrada posterior, todo sea por mantener el espíritu futurista de este blog ;)

En definitiva, esta pequeña actualización me servirá como una pequeña sinopsis del 2007, en lo que a lectura se refiere, será interesante volver a leer esto dentro de un año.

jueves, 3 de enero de 2008

Análisis: primera parte

En la entrada anterior dije que intentaría hacer un pequeño análisis de la lista publicada, pero, como deberíais saber, este blog es un lugar de promesas incumplidas, o como mucho cumplidas a medias, así que no me siento demasiado obligado a hacer un análisis demasiado en profundidad, cosa de la que, por otra parte, no me siento demasiado capaz, uno sabe reconocer sus límites.
No sé por qué, este año me ha dado por volver atrás, a los Reinos Olvidados y otros mundos propios de juegos de rol, aunque la verdad es que nunca había leído mucho de estos mundos de fantasía, quizá fuese por la sensación de tener una cuenta pendiente. En cualquier caso, creo que ahora está más que saldada, al menos en cuanto a uno de los pilares básicos de la fantasía juvenil, la Dragonlance... hasta ahora no había leído nada por falta de curiosidad, pero tras haber leído los tres volúmenes de las Crónicas y los dos primeros de las Leyendas, estoy bastante saturado... todo me ha parecido taaaaaaaaan de cartón piedra, los personajes tan de manual, hasta extremos que no imaginaba, siendo este el principal motivo por el que ni siquiera tengo Elminsterganas de terminar con el tercer libro y terminar el ciclo principal, pero es que creo que no soportaba más a Tas, ni al "soy malo, pero bueno en el fondo" de Raistlin... en definitiva, todo ese elenco de buenos de Disney contra los malos malísimos, también muy Disney. En comparación, los tres tomos de la primera trilogía de Drizzt Do'Urden, antes de que Salvatore entrase en su modo writing-frenzy me han parecido unas aventuras estupendas. En comparación con la Dragonlance, los compañeros y enemigos del elfo oscuro resultan mucho más creíbles, más vivos, el mundo es bastante más real, en lugar del inmaculado y maniqueo mundo de Dragonlance. También he leído este último libro sobre Elminster, y la impresión se repite: una historia de aventuras, con su parte de capa y espada y sus historias de magia, muy entretenidos y agradables de leer :)

También ha caído una novela basada en Warhammer 40.000, que ha sido una grata sorpresa, esperaba algo bastante más cutre, pero, como con las novelas de los Reinos, me he encontrado con una trama ágil, unos personajes interesantes y un trasfondo sólido y bien construido, que es más de lo que me esperaba.

No es esta la única literatura de puro entretenimiento, sin ninguna pretensión añadida que ha caído este año, pero voy a dar por cerrado esta primera parte del resumen, para dejarlo más o menos centrado en un único asunto, y no divagar. Quizá, en las próximas entregas, haya más ;)

miércoles, 2 de enero de 2008

Resumen de lecturas en fin de año (2007)

Recupero título de post y tradición de fin de año/principio del año siguiente.
Este año he pegado un bajón en el número de libros leídos, aunque, creo, ha aumentado ligeramente la calidad de las lecturas, aunque, por supuesto, no han faltado unos cuantos libros de auténtico nerd... Este año he re-descubierto los Reinos Olvidados, después de tantos años :)

La lista va por orden cronológico

  1. A feast for crows, George R.R. Martin
  2. Njal's saga, una de las sagas islandesas, el autor original es desconocido
  3. La piedra de Cristal, primer volumen de la trilogía de Drizzt, de R.A. Salvatore
  4. Sherlock Holmes y la sabiduría de los muertos, de Rodolfo Martínez
  5. El Poder de las Tinieblas, de John Connolly
  6. Kafka en la orilla, de Murakami
  7. Ríos de Plata, el segundo de Drizzt, también de Salvatore
  8. La Gema del Halfling, el tercero, de Salvatore
  9. La espuma de los días, poesía y jazz a manos de Boris Vian
  10. Historias de fantasmas de un anticuario, de M.R. James
  11. La madriguera del Gusano Blanco, de Bram Stoker
  12. El Camino del Acero, (cortesía de la editorial Ábaco) de Andrés Díaz
  13. Narraciones Extraordinarias, de Poe
  14. Antes de Adán, de Jack London
  15. La amenaza de Andrómeda, de Crichton
  16. Perfil Asesino, otro más de John Connolly
  17. La Tierra Moribunda, de Jack Vance
  18. El Valle del Terror, de A.C. Doyle
  19. La guerra de las Salamandras, de Karel Capek
  20. El Camino Blanco, de John Connolly
  21. El Corazón de las Tinieblas, de Joseph Conrad
  22. Ubik, Philip K. Dick
  23. Poesías Reunidas, de T.S. Elliot
  24. Poemas Dispersos, de Jack Kerouac
  25. La reliquia de Yahveh, de A. del Barrio, otro lanzamiento de Ábaco
  26. Rosa Cuántica, de Catherine Asaro
  27. Una princesa de Marte, de Burroughs
  28. La posada de las Dos Brujas, de Conrad
  29. Nocturnes, recopilación de relatos de Connolly
  30. Cazador Gris, William King, novela ambientada en el universo de Warhammer 40K
  31. La Hierba del Diablo, primer volumen de la Torre Oscura, de Stephen King
  32. Escritos de un viejo indecente, de Bukowski
  33. El templo de Istar, primer volumen de las Leyendas de la Dragonlance. Weis y Hickman
  34. El libro de las Ilusiones, de Paul Auster
  35. Cantar de Mío Cid
  36. La guerra de los Enanos, segundo de las Leyendas de la Dragonlance
  37. El último saludo de Sherlock Holmes, de A. Conan Doyle
  38. La maldición de los Dain, de Hammett
  39. Planos Paralelos, de Ursula K. LeGuin
  40. La Legión de los Condenados, de Sven Hassel
  41. Tristezas de Bay City, de Raymond Chandler
  42. En el Camino, de Jack Kerouac
  43. Tifón, de Conrad
  44. El prisionero de Zenda, de Hope
  45. El Candor del Padre Brown, de G.K. Chesterton
  46. El Imperio, de Ryszard Kapuscinski
  47. Marciano, vete a casa, de Frederic Brown
  48. El ángel negro, otro más de Connolly
  49. Mona Lisa acelerada, de William Gibson
  50. H.P. Lovecraft, un ensayo de Houellebecq
  51. Gir/Moebius. El doble en el espejo, de Jesús Moreno
  52. Confesiones de un opiómano inglés, Thomas de Quincey
  53. El mundo como supermercado, de Houellebecq
  54. La Seducción, de Baudrillard
  55. La Eneida, Virgilio
  56. Crimen y Castigo, de Dostoievsky
  57. Elminster, forja de un mago, Ed Greenwood
De momento, voy a limitarme a enumerarlos, y poco a poco iré rumiando una pequeña síntesis, y quizá un pequeño análisis de lo más granado, aunque muchos ya han aparecido por aquí, o por este otro lado...